jueves, 24 de enero de 2013

Una sonrisa puede cambiar el mundo.


"Puede ser que no tenga ni un peso en mi bolso, pero tengo una sonrisa en el rostro y eso vale más que todo el dinero del mundo."   
                                                                                            - Ramón Valdés.             

Sentado en la última mesa de mi bar favorito, he visto muchas sonrisas: sonrisas falsas, sonrisas tristes, sonrisas sinceras, sonrisas con lágrimas, sonrisas amargas, amagos de sonrisa, medias sonrisas, carcajadas, sonrisas directas al corazón, sonrisas seductoras, sonrisas amenazantes...


No estoy acostumbrado a escribir sintiéndome bien, las cosas que dices no tienen tanto impacto en el alma de una persona como un relato desgarrador, pero igualmente, merecen ser escritas.

Podemos cambiar del lado más oscuro, más profundo de nuestro ser, del odio más frío... a una explosión de felicidad en cada palpitar del lado izquierdo del pecho, que nos entra por los ojos con una sonrisa de nuestro "alguien" especial.

Hace mucho que no veo a mi "alguien".

Pero nunca se olvida.

Un recuerdo, que guardo bajo llave, protegido del caos que produce la autodestrucción que llevan mis venas al resto de mí, junto con una cita:


  "El humor es el gran escudo con el que uno se defiende en este valle de lágrimas" 
                                                                                         - Camilo José Cela

Y el humor nace exactamente en el mismo sitio que la felicidad.

En una sonrisa.
 

Las corazas pesan.


"He llevado esta armadura oscura desde hace tanto tiempo que ya no queda una gota de luz en mí." 
                                                                                  - Cecil, Final Fantasy IV

¿Nunca os habéis sentido aislados? Como si llevaseis una armadura en el pecho, alrededor del corazón. Una coraza que día a día se hace más dura. Con odio, con hastío... en vez de acero.

Tuve el placer de conocer a una señorita en el bar el otro día. La invité a una doble de ginebra, parecía triste... Me senté a su lado y empezamos a charlar.

No recuerdo su aspecto, pero sus palabras danzan ante mí como si tuviesen vida propia:

"Mi coraza ya está grabada..."

Su coraza... Doy un trago y asimilo el concepto.

Recuerdo al señor Wilhem Reich, muy apropiado en este momento su nombre y parte de su obra:

"Desarrollo la terapia [...] concebida para liberar las tensiones de la coraza caracterológica, producto de los impulsos sexuales y emociones reprimidas. Cada individuo se crea una coraza mediante hábitos corporales y actitudes, con el fin de protegerse tanto del mundo externo como de sus propios deseos e instintos."

Quizá le hubiera ayudado escuchar esto de boca de un extraño, pero no soy de los que dan consejos ni pautas. Nadie lo creería, yo ya estoy roto. Sólo sé escuchar y hundirme en mis pensamientos...

¿Por qué nos acorazamos? 

Asumimos realmente que no podemos cambiar el pasado, pero no dejamos de joder nuestro presente y de alejar nuestro futuro con esa actitud.

Doy otro trago.

Realmente ella estaba hundida. 

Y es que las corazas pesan. Porque te protegen de los golpes más débiles y entonces sonríes con superioridad sintiéndote invencible.

Y en un segundo llega "el golpe".

Alguien te desarma. Se planta delante y recibes el golpe más doloroso de tu vida, tu coraza es papel pero se clava en tu corazón, como un cuchillo caliente en mantequilla.

Te das cuenta que ese "alguien" va sin protección, lleno de heridas.

Pero con una sonrisa espléndida.

"-¿Por qué no llevas coraza? Estás lleno de heridas, podrías haberlas evitado. En una guerra, si no llevas coraza, estás muerto."

"-¿Sí? Todas estas son heridas leves, se curarán. Me han hecho aprender. No llevo coraza porque pesa. Me hace más lento. Todos los demás la llevan y no pueden moverse. Se cansan antes. Se arrastran. Y si se les rompe la coraza con un golpe, se les clava y acaban muriendo."
 
Pagué la cuenta y me fui.

Soy un tipo lleno de heridas, no todas a la vista. Pero me liberé de mi coraza hace años, con un mal golpe que me dejó desarmado ante alguien más fuerte que yo, que me dio por muerto.

Pero sobreviví. Más sabio. Más fuerte. Mejor.

Desde entonces, lucho sin coraza y me entrego en cada combate.

Desde entonces, estoy vivo.




miércoles, 23 de enero de 2013

Fracasar para aprender a fracasar con más clase.


"Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor."
                                                                  -Samuel Beckett


Señor Becket, no se ofenda, pero usted no tiene ni puta idea de hasta qué punto un fracaso tras otro nos hace quedarnos tirados en el suelo y avanzar en modo "cuerpo a tierra".

Desde esa altura, pegados al suelo, las caídas duelen menos.

martes, 22 de enero de 2013

El frío del fuego, tan lejos y a un paso.


Aquella pareja de siempre, la última copa antes de irse a casa después del trabajo. Él se desvive por cada gesto de ella y ella ausente. 

Pobre chico...  

Él cubriéndola de besos y ella tan destapada, tan fría. 

Pobre chico.  

Se le nota roto. 

Se le ve roto.  

Muy roto, muy dentro. 

Con su elixir antimales delante y no llega a cogerlo...  

No sé si ayudarle a él o a ella. 

Se les ve perdidos.

A un paso y tan lejos.

Tanto fuego en la mirada de ambos... y hay uno que le falta leña.

Chico, échale gasolina, que se apaga.

Sin aire


Tengo una sensación muy extraña hoy.

¿Nunca os habéis sentido incorpóreos? Bueno, quizá sería más acorde decir deshinchados.
Me falta el aire.  En este momento: respiro hondo, cierro los ojos y...

Nada.

Esta puta terapia no funciona. Se suponía que me relajaría y vería mi vida desde otro ángulo... Y me sopla cincuenta pavos la hora.

Como decía, que me quedo sin aire.

Esta puta vida no me deja respirar todo lo que necesito. Me falta algo. No creo que sea compañía, siempre he estado solo y me apaño bastante bien. Además, ahora mismo estoy con mi tocayo de apellido "Old Nº 7" y nos llevamos bastante bien. Él me escucha más que esa zorra de mi psicóloga.

Está buena, y sé que quiere follarme. Es como esa típica fantasía adolescente de tirarte a tu profesora de matemáticas y darle verdaderos problemas que resolver... Pero es mucho más divertido ver cómo se humedece los labio antes de cada frase, y cómo busca el contacto... Se desespera.
Estas cuarentonas recién divorciadas... Parece que a ellas les faltaba el aire cada día de sus vidas  ahora intentan que alguien les hinche hasta explotar. A ser posible, uno con 15 años menos y que aún se le levante a la primera.

Hija de puta. Aunque sea divertido provocarle, no soy de piedra... o sí.

"Se acabó la hora, mañana más... Y mejor."

Y vuelvo a respirar hondo.

Mi vida es una continuidad de pasos sin sentido hacia un paso incierto en un camino sin rumbo fijo.


Dicho de otro modo, estoy perdido en mí.

 

Autodestrucción, en vena.


"De la naturaleza tortuosa de la humanidad, ninguna cosa recta se puede obtener"
                                                                                                      -Immanuel Kant

El bueno de Manu... Qué razón tienes, joder.

Siempre me he preguntado qué es lo que nos impulsa. Pero hacia delante. Hacia atrás no necesitamos impulso, estamos hechos de autodestrucción.

Miro nuestra Historia y hay mil triunfos, pero siempre un fracaso o una cagada más. No quiero personificar al pesimismo, me gusta que mi vaso esté lleno, pero hay que ser realistas.

¿Qué nos empuja a seguir? 

Mi experiencia me ha dado una respuesta: seguimos adelante sólo por el placer que nos proporciona el volver a tropezar con alguna piedra del camino que dejamos atrás.

Somos un millón de errores repetidos. Cada uno de nosotros. Siempre volvemos a joderla, da igual cuántas oportunidades tengamos, cuántas veces nos engañemos, qué camino cojamos... al menos una vez, vamos a meter la pata hasta el cuello. Ahí, justo ahí, es cuando empezamos a oler la mierda. Cuando nos llega al cuello.

El ser humano no tiene muchas cosas buenas. Esto es misantropía pura.
El ser humano no tiene muchas cosas buenas, y las pocas que tiene, no le gustan. Esto es ser objetivo.
El ser humano es adicto al dolor. Esto es nuestra forma de vida. 

"Me gusta la autodestrucción. Es la mejor forma de destrucción posible. Y aún mejor, si es de dentro a afuera."  - Jack D.
                                            


lunes, 21 de enero de 2013

Soy Jack.


 No me gustan los dulces sueños.
Es muy sencillo, siempre he preferido lo salado.

Y con ese gusto por lo salado acabé en la barra de un bar,
soltando mi mierda a un camarero que odia su trabajo más de lo que yo
odio esta copa que me estoy tomando.
La conversación no dura mucho y me deja solo, con mi querido licor ámbar.
 Sé que me está consumiendo... El alcohol, ¿es tan malo?
Nos ayuda a olvidar y todo ese royo que soltamos los que buscamos la compañía
del whisky y los hielos...

Se me acaba la bebida y esa camarera nueva viene a rellenármela, es bonita pero un 
poco insulsa.

"No, deja la botella aquí, que me haga compañía..."

Creo que no volverá a servirme más tragos esta noche, es miedosa y yo bebo. Uña y carne.

Llegado a este punto y ya que me estás leyendo, debería decirte quién soy ¿no?

Parto de la base de que no sé quién soy, puedo darte nombre, fechas, gustos, versos y demás
basura que sólo nos identifica, pero eso no dice quién soy.
Llámame Jack, Jack D, como mi amiga cuellilarga que me da tantas noches de olvidos y tantas mañanas con dolores de cabeza.


En mi caso, al ser esta mi sexta copa, mis problemas quedaron atrás. Al menos, por esta noche.